Hoy quiero hablarte sobre una frase que puede sonar divertida, pero encierra una gran sabiduría: “Planea con estrategia y actúa como loca”. Esta idea combina dos grandes fuerzas que, cuando las unes, pueden llevarte más lejos de lo que imaginas: la claridad de un plan bien pensado y el arrojo de actuar sin miedo al qué dirán; estas palabras encierran una poderosa enseñanza sobre cómo equilibrar la razón y el corazón en cada paso que das en la vida.
Primero, planea con estrategia, quiero que entiendas lo valioso que es planear. Tener una estrategia significa que visualizas lo que quieres, reconoces los pasos necesarios para llegar ahí y preparas el terreno para que todo fluya de la mejor manera posible. Planear no significa que todo saldrá perfecto o que no encontrarás obstáculos, pero te ayuda a mantener el rumbo cuando las cosas se complican.
Cuando planeas con estrategia, creas un mapa para tus sueños. Definir tus metas, desglosarlas en pasos pequeños y concretos, y tener claridad sobre tus prioridades te permite avanzar con confianza. Pero, querida, no olvides que la vida no siempre se alinea a nuestros planes. Ahí es donde entra la segunda parte de la frase: actúa como loca.
Sin embargo, no basta con planear. Muchas personas pasan tanto tiempo pensando y planeando que olvidan dar el primer paso. Y aquí es donde entra la segunda parte de la frase: actúa como loca. Esto no significa que seas imprudente o que ignores las consecuencias, sino que abraces el valor de atreverte, incluso cuando no te sientas completamente lista. A veces, ese salto al vacío es lo que te lleva a lugares maravillosos que nunca habrías imaginado.
¿Qué significa esto? Es lanzarte con valentía, aun cuando no te sientas completamente lista. Es confiar en tu intuición y en el poder de tu esfuerzo, sabiendo que cada intento suma, incluso cuando los resultados no son inmediatos. A veces, dar un salto de fe, aunque no esté todo perfecto, es la clave para avanzar.
Cuando una idea te apasione, no dejes que el miedo te detenga. Planea con inteligencia, pero también permítete ser espontánea, creativa y audaz. La vida no es una línea recta; es una danza entre lo que podemos controlar y lo que debemos dejar fluir. Y quiero que sepas que está bien cometer errores. Cada tropiezo te enseñará algo valioso, siempre que te permitas aprender de él.
Quiero hablarte de una herramienta que ya conoces y que puede ser tu aliada en este camino: un vision board. Es una representación visual de tus sueños y metas, un recordatorio constante de lo que anhelas alcanzar. Llénalo con imágenes, palabras y símbolos que reflejen tu visión de vida. Cada vez que lo veas, te recordará por qué empezaste, reforzará tu enfoque y encenderá tu motivación.
Recuerda siempre dividir tus objetivos en áreas: amor propio, finanzas, familia, espiritualidad, y aventuras. Por ejemplo, si deseas mejorar tu bienestar físico, incluye afirmaciones como “Yo amo y cuido mi cuerpo”. Si sueñas con viajar, añade fotos de destinos que te inspiren. Este ejercicio no solo es práctico, sino también un acto de amor hacia ti misma.
Así que cuando enfrentes un sueño grande o un desafío que parezca imposible, recuerda esta frase. Dí: “Voy a planear mi camino, pero también voy a permitirme bailar con la incertidumbre”. Esa combinación te hará invencible.
Gabriella, planea con cabeza, actúa con corazón, y confía en que el universo responderá a tu determinación. Nunca olvides que cada pequeño paso, cada día que decides intentarlo, te acerca más a esa vida que imaginas.
Siempre estaré aquí para recordarte lo fuerte y capaz que eres. Planea con el corazón, actúa con el alma, y confía en que el universo siempre conspirará a tu favor.
Te amo profundamente.
Con amor infinito,
Mamá